El monóxido de carbono es un gas inodoro que causa cada año miles de muertes en todo el mundo. En España, se registran no pocos accidentes provocados por su inhalación, más aún en esta época de crisis, en la que muchos hogares sumidos en pobreza energética se ven obligados a buscar opciones, sin adoptar medidas de seguridad, para hacer frente al intenso frío invernal. En este artículo se explica la importancia de extremar las precauciones en el uso de estufas, cocinas y calefactores -que utilizan leña, carbón, gasolina, gasóleo o gas natural, butano o propano- y de reconocer a tiempo los primeros síntomas de intoxicación por monóxido de carbono para evitar un desenlace fatal.
Cada año en España, sobre todo cuando bajan las temperaturas, los servicios de urgencias atienden a un mínimo de 2.000 personas intoxicadas por monóxido de carbono. De ellas, fallecen entre 50 y 100, el 75% en el propio lugar del suceso, según datos de diversos estudios.
El monóxido de carbono es un gas inodoro, incoloro y no irritante, que se puede acumular en espacios cerrados
El monóxido de carbono se produce por una combustión incompleta de los hidrocarburos debido a un mal funcionamiento de los motores de los automóviles, a una mala combustión de los calentadores de agua (de gas, propano o butano, en los que pese a verse la llama o percibirse el calor, no se quema bien), al uso de hornillos o braseros, estufas, hogares a leña u otros sistemas de calefacción, así como al empleo de barbacoas de madera o carbón y cocinas de gas. A pesar de que los derivados del petróleo no contienen monóxido de carbono, este se puede formar, entre otras causas, por una mala combustión de una estufa de butano.
El problema de este gas es que es inodoro, incoloro y no irritante, por lo que no se percibe. Se puede acumular en espacios cerrados y, al ser más denso que el aire, se deposita en las zonas más bajas de una estancia, lo que origina una deficiencia de oxígeno.
10 recomendaciones para evitar la intoxicación por monóxido de carbono
Ante la bajada de las temperaturas, las autoridades del sector recomiendan la revisión de estufas y sistemas de calefacción para comprobar su funcionamiento, además de asegurarse siempre de consultar a un especialista calificado y autorizado. Asimismo, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- 1. No utilizar hornillos ni hornos de la cocina para calentar el ambiente.
- 2. Encender y apagar los braseros y estufas fuera de la casa.
- 3. Vigilar que la llama de calentadores y cocinas sea de color azul uniforme.
- 4. No arrojar plásticos, gomas ni metales al fuego.
- 5. Controlar que las rejillas de ventilación estén libres.
- 6. Comprobar que el tiraje de chimeneas y estufas no estén obstruidos o desconectados.
- 7. Apagar las llamas y las brasas de hogares a leña o braseros antes de irse a la cama.
- 8. Ventilar la casa una vez al día.
- 9. Si se usan estufas, braseros u otros artefactos generadores de calor, hay que dejar una puerta o ventana entreabierta siempre.
- 10. Evitar poner recipientes con agua encima de las estufas.
Reconocer los síntomas de intoxicación por monóxido de carbono
La exposición a este gas es muy peligrosa. Incluso en un corto espacio de tiempo puede alterar el sistema nervioso y provocar desde cambios de humor y dolor de cabeza hasta lesiones neurológicas irreversibles e, incluso, la muerte en pocos minutos. Por eso, además de seguir las medidas oportunas de seguridad, es imprescindible conocer los primeros indicios que alertarían de una intoxicación y evitar un desenlace mortal.
Cuando se evacue a una víctima, hay que tomar las precauciones necesarias para no intoxicarse
Los síntomas difieren según el afectado, pero los más vulnerables son niños, ancianos, personas con enfermedades cardiacas y respiratorias, fumadores y embarazadas, ya que se sabe que puede dañar al feto.
Según describen G. Oliu (del servicio de Medicina Interna del Hospital de Palamós en Girona), S. Nogué (de la sección de Toxicología Clínica de Urgencias Medicina del Hospital Clínic en Barcelona) y Ò. Miró (del grupo de investigación Urgencias: procesos y patologías del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer -IDIBAPS- en Barcelona), en el artículo ‘Intoxicación por monóxido de carbono: claves fisiopatológicas para un buen tratamiento’, los signos más frecuentes son dolor de cabeza (96,9%), mareo (66,1%), náuseas (35,8%), inestabilidad a la marcha (32%), pérdida de conciencia (29,2%) y taquicardia (20%). La muerte ocurre sin que los afectados se den cuenta, sin sensación de ahogo ni de asfixia.
Ante un posible suceso, además de alertar a los servicios de emergencias llamando al 112 o el 061, hay que evacuar a la víctima de la fuente generadora de monóxido de carbono, sin olvidar tomar las precauciones necesarias para no intoxicarse. Después, aplicarle las medidas generales de soporte vital y reanimación cardiopulmonar, si fuera necesario.
El tratamiento se inicia en el mismo lugar del incidente, administrando oxigenoterapia a altas concentraciones. Una de las opciones terapéuticas, según el estado del paciente y la concentración de monóxido de carbono que tenga en sangre, es la administración de oxígeno puro (100%) a altas presiones, que se lleva a cabo en una cámara hiperbárica.