Los parabenos son uno de los conservantes más utilizados en artículos tan diversos como los de confitería, cremas y otros cosméticos y productos farmacológicos. Y aunque pueden provocar alergias en la piel si se administran por vía tópica, esto no significa que sean contaminantes, ya que los casos de sensibilización que se les asocia suponen tan solo un 1%. Este artículo describe la reacción cutánea más habitual, la dermatitis de contacto alérgica, qué ventajas tienen los productos libres de parabenos y por qué se incluye a los parabenos entre los alérgenos que se testan en las pruebas epicutáneas que buscan reconocer si una sustancia es la causa de una dermatitis de contacto.
Pieles sensibles a distintos productos
Hay sustancias susceptibles de provocar una alergia cutánea. Como los principales alérgenos de contacto figuran el níquel, el paladio, el cobalto y el dicromato. Estas alergias suelen ser de origen laboral y por contacto y se desarrollan, sobre todo, en personas que trabajan con joyas o con cuero (marroquinería).
Entre los productos cosméticos que pueden dar problemas cutáneos están las mezclas de perfumes, la p-fenilediamina (tintes de pelo) y los conservantes de los productos cosméticos, como el rímel.
Los casos de sensibilización a los parabenos son solo del 1% en la población general
Dentro de los compuestos que pueden provocar una dermatitis se encuentran los parabenos. No obstante, está descrito en la literatura científica que los casos de sensibilización a estos compuestos son solo del 1% en la población general.
Sus efectos antimicrobianos se describieron en 1924 y, desde entonces, gracias a esta capacidad que tienen de eliminar los patógenos, se han empleado para alargar la vida útil de numerosos productos. La experiencia de uso de estos conservantes es, entonces, de más de 70 años.
El primer caso publicado de un eccema alérgico, debido a parabenos contenidos en una crema antifúngica, data de 1940 en Europa, y de 1966 en EE.UU., según se detalla en la revisión ‘Parabenos: ¿Mito o Realidad?’, de investigadores del Servicio de Dermatología de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo del Instituto de Salud Carlos III (Madrid).
Según este informe, desde entonces se han publicado casos de dermatitis alérgica por contacto al aplicarse productos tópicos con parabenos, la mayoría en pacientes con una dermatitis de base. Además, muchos de ellos recibían un tratamiento tópico para el eccema que también contenía este compuesto, por lo que su problema cutáneo se perpetuaba. Otro factor que influía en el empeoramiento de la sensibilización cutánea era que se daba en personas de edad avanzada y, por lo tanto, tenían la barrera cutánea más dañada que otros grupos de población, lo que facilitaba una mayor penetración de estos compuestos alergénicos en la piel.
Los productos parabenfree o libres de parabenos
Durante las décadas de los 60 y los 70, se relacionaron con diversos casos de dermatitis de contacto alérgicas graves y que perduraban en el tiempo, pero, según los expertos, esto fue debido a que los productos cosméticos llevaban altas concentraciones de estos conservantes y los principales afectados eran los que ya tenían una dermatitis crónica.
Para evitarlo, además de regularse a la baja las concentraciones permitidas (en la actualidad no pueden superar el 0,8%), la industria cosmética y farmacéutica desarrolló cremas parabenfree o libres de parabenos que se anuncian como productos hipoalergénicos.
Ante esta pequeña prevalencia de las alergias cutáneas, hay quienes piensan que se puede prescindir de los parabenos. Sin embargo, dado que son conservantes que mantienen la estabilidad del producto, el tiempo de caducidad de los productos podría ser más corto sin ellos, explica Federico Palomar, presidente de la Asociación Nacional de Enfermería Dermatológica (ANEDIDIC).
¿Qué pueden hacer los consumidores de productos cosméticos para evitar las reacciones alérgicas? Los parabenos figuran en las pruebas epicutáneas con parches para saber si la piel puede reaccionar de forma alérgica a estos compuestos. Sin embargo, los resultados de estos test a menudo son dudosos porque pueden diferir, y ser positivos o negativos, en función de si se aplican parches con un solo tipo de parabeno o con un cóctel de ellos.
Al margen de estos aspectos de la consulta médica, para los consumidores de cosmética es importante conocer su tipo de piel. La piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo. Tiene un manto hidrolipídico que nos protege de las agresiones, es una barrera protectora natural. Por eso es esencial conocer nuestro tipo de piel, porque podemos saber el tipo de crema, loción, limpiador u otro cosmético que podemos utilizar.
Asimismo, Federico Palomar, presidente de ANEDIDIC, aconseja los cosméticos fotoprotectores y no los comedogénicos, es decir, los que no contribuyan a la formación de comedones en la piel y a empeorar el acné; informarse de su composición, que debe aparecer bien detallada en el envase y ser fácilmente legible para el usuario; así como fijarse en su caducidad o el tiempo que el producto puede permanecer estable una vez abierto.