Los envases de plástico, conocidos como tápers, son recipientes con un cierre hermético que se utilizan para almacenar y conservar alimentos, tanto en la nevera como en el congelador. Pero antes de usar un envase de estas características, debe comprobarse que son aptos para alimentos. Para ello, hay que fijarse en la base del envase, donde llevarán grabado el símbolo de un tenedor y una copa. Y si se emplearán para descongelar o calentar alimentos en el microondas, también antes hay que asegurarse de que son aptos para ello (en la base figurará un símbolo con unas rayas en zigzag). El artículo explica cómo usar el táper de forma más segura y cuáles son los materiales más utilizados para la fabricación de estos envases.
Los envases de plástico se emplean de forma muy generalizada en las cocinas domésticas y para transportar los alimentos de casa a la oficina o a la escuela. Si bien su utilidad para conservar y almacenar alimentos ha crecido en los últimos años, también plantean ciertas cuestiones, como si es peligroso descongelar o calentar la comida en estos envases en el microondas o si todos sirven para las mismas funciones. Pero la principal duda sobre el uso de estos envases es la posible migración de sustancias químicas al alimento.
Este proceso, influenciado por parámetros como la naturaleza del alimento, el tiempo de contacto o la temperatura a la que se somete, lleva años contando con numerosas investigaciones destinadas a reducir esta posible exposición. En un reciente estudio elaborado por la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, Medio Ambiente y Salud Ocupacional francesa (ANSES), los expertos admitían que no existe riesgo si se siguen las instrucciones de los fabricantes en cuanto a potencia y tiempo de cocción.
Cómo usar el táper de forma segura
Buena parte de la seguridad de los envases de plástico depende de cómo se usan
Después de comprobar que son de uso alimentario, deberán tenerse otras consideraciones, como que se encuentren en buen estado y no tengan cortes ni cualquier otra imperfección que pudiera suponer un riesgo para los alimentos. Es importante no olvidar que buena parte de la seguridad de estos envases depende de cómo se utilizan y se limpian.
Una de las principales medidas al emplear un envase de plástico es fijarse en las instrucciones de uso, que deben especificar tanto las condiciones recomendadas de temperatura y tiempo. En la mayoría de los casos, estas indicaciones van impresas en el mismo envase, aunque también pueden ir en el envoltorio.
Otras consideraciones que deben tenerse en cuenta son:
- Cuidarlos y lavarlos bien cada vez que se utilizan para evitar que, con el tiempo, acumulen manchas y olores.
- Si se congelan alimentos con estos envases, es importante evitar golpes y posibles cortes que puedan estropearlos.
- No calentar en el microondas alimentos con bolsas que no son específicas para ello.
- Es preferible no calentar con la tapa del envase ya que, en la mayoría de los casos, no soportan las altas temperaturas.
- En el caso de que no haya instrucciones específicas, es aconsejable, según el estudio de la ANSES, aplicar más tiempo de calentamiento pero de baja potencia. Para ejemplificarlo, la agencia recomienda someter un alimento a «650 W durante dos minutos» antes que hacerlo a «1.270 W durante 50 segundos».
También hay que reparar en los alimentos que ya vienen envasados para ser cocidos o calentados en el microondas. En estos casos su uso en el microondas es seguro porque ya han sido probados con anterioridad (siempre deben seguirse las instrucciones del fabricante).
Materiales más usados
En la Unión Europea, el Reglamento 10/2011 establece cuáles son las sustancias que pueden emplearse en la fabricación de materiales que entran en contacto con los alimentos. Incluye sustancias como monómeros, aditivos (excepto colorantes), auxiliares para la producción (excepto disolventes) y macromoléculas obtenidas por fermentación microbiana. Para los envases plásticos, uno de los materiales más usados es el polipropileno, uno de los polímeros más utilizados para conservar alimentos. Es denso, resistente al calor y transparente.
También se emplean otros plásticos:
Polietileno, puede ser de alta o baja densidad; el de alta densidad es duro y fuerte y se usa sobre todo para botellas de leche, agua o jugos. Debe tenerse en cuenta que no es estable al calor, es decir, se funde. El de baja intensidad es bastante transparente y se utiliza sobre todo en bolsas de pan o de congelación.
Policarbonato. Es claro, resistente al calor y se usa en botellas de agua recargables y biberones estériles. Si se emplean de forma adecuada, son muy estables.
En todos los casos, el uso de un material en la elaboración de un envase destinado a alimentos debe ser inerte (no ceder al contenido ninguna sustancia extraña que suponga un riesgo al consumidor) y adecuado (debe tenerse en cuenta la compatibilidad con el alimento y su capacidad de protección).