Al año se desecha una enorme cantidad de toneladas de alimentos, según informa la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA). Por este motivo, los expertos consideran oportuno revisar de qué manera se tiran a la basura tales cantidades de alimentos que podrían consumirse sin problema. A raíz de esta problemática, la Comisión Europea pretende concienciar a la población para evitar el desperdicio de alimentos y así fomentar la sostenibilidad ambiental de la cadena alimentaria. Más de la mitad del malbaratamiento de los alimentos se da en los hogares. En la mayoría de los casos esto pasa por una falta de información, por malas costumbres y una mala organización. En este artículo se pretenden dar a conocer algunos consejos para organizar y planificar mejor el sistema de compra y la distribución y conservación de los alimentos en casa.
El primer paso para evitar esta pérdida de alimentos sanos y seguros es aprender a conocer y comprender las etiquetas de los alimentos, sobre todo el significado de consumo preferente y fecha de caducidad, ya que en muchos casos se dan por caducados alimentos que podrían consumirse sin problemas. Ante todo, se deben respetar las condiciones de conservación que marcan las etiquetas y seguir las instrucciones de uso. La fecha de caducidad viene marcada por el día a partir del cual se informa que el alimento ya no es seguro para el consumo humano y, por lo tanto, debe evitarse su consumo. Por el contrario, la fecha de consumo preferente informa que a partir de la fecha en cuestión, el alimento puede haber perdido algunas de sus cualidades esperadas pero en ningún caso su consumo supone un riesgo. Siempre y cuando los alimentos hayan estado conservados según marca la etiqueta, si se ha sobrepasado la fecha de consumo preferente, podrá consumirse.
Organización y planificación, las claves
Debe comprarse solo aquello que en principio se vaya a consumir y una buena manera de hacerlo es comprar alimentos de temporada
Aunque parece simple, la organización y la planificación son quizás las tareas más difíciles de llevar a cabo y la que nos pueden ayudar más a ahorrar y evitar desechar alimentos. Ante todo, deben planificarse los menús, saber qué se va a consumir antes de comprarlo, las personas que van a comer y tener en cuenta la cantidad de alimentos que pueden estar almacenados ya en el frigorífico de casa, en el congelador o en la despensa.
Debe comprarse solo aquello que en principio se vaya a consumir y, una buena manera de hacerlo, es comprar alimentos de temporada. Debe organizarse la despensa de manera que los alimentos que caduquen antes queden al frente y colocar los nuevos detrás con el fin de evitar que los alimentos caduquen antes de tener tiempo de consumirlos.
Es importante saber aprovechar los restos de las comidas, bien para llevarse al trabajo al día siguiente, para comer en casa pasados dos días o para congelar. También es una buena opción utilizar los alimentos que no se han consumido para elaborar nuevos platos, por ejemplo cremas con verduras, croquetas, ensaladas variadas, sopas o purés. Incluso con la fruta más madura pueden elaborarse pasteles, batidos o mermeladas. Aunque la mejor manera de evitar que sobre comida es racionalizar la cantidad, servirse el que se sabe que se consumirá, un consumo justo y sin excesos, ya no solo para evitar que sobren alimentos sino también para consumir lo que el cuerpo necesita, sin excederse.
Temperatura y conservación
El tándem temperatura y conservación de los alimentos resulta clave para mantenerlos seguros y evitar un deterioro antes de consumirlos. Mantener los alimentos crudos en el frigorífico es indispensable, carne, pescado, huevos, verduras, hortalizas, precisan de bajas temperaturas. Los alimentos deben estar almacenados entre un 1ºC y 4ºC en el interior del frigorífico. Debe asegurarse el correcto funcionamiento del frigorífico, comprobar que las puertas cierran de forma adecuada y controlar la temperatura interna.
En verano, debido al calor, se puede bajar la temperatura interna ya que al abrir el frigorífico, la temperatura exterior es elevada y hace subir la temperatura del interior. En cuanto a la conservación, deben seguirse al pie de la letra las indicaciones de los envases y de las etiquetas. Es importante saber qué alimentos deben mantenerse en el frigorífico, cuáles no, cuáles no necesitan luz o los que deben resguardarse de la humedad. Cada producto es diferente, se debe leer con atención las instrucciones de uso de cada uno.
Desechar alimentos es, al fin y al cabo, una pérdida de dinero. Lo que se ha gastado al comprar los alimentos no ha servido para nada. Deben adquirirse los que realmente se vayan a consumir, ya sea de inmediato o a largo plazo pudiendo mantener los alimentos en el congelador hasta su consumo.