El mercado europeo de cruceros ha aumentado un 41% entre 2006 y 2009 y más del doble en los últimos diez años, según el ‘Manual Europeo de Normas de Higiene y Enfermedades Transmisibles en cruceros’. Estos barcos, diseñados para trasladar a un elevado número de pasajeros, se mueven de un país a otro, cada uno con normas de higiene y saneamiento distintas. Esta diversidad provoca, en ocasiones, dificultades al adoptar medidas preventivas y de control de enfermedades transmisibles. Para acabar con esta problemática, es necesario contar con normas comunes, como las que propone el manual del proyecto europeo SHIPSAN TRAINET, que detalla cuáles son las exigencias sanitarias al comer durante un crucero y cómo mejorar la inocuidad a bordo.
El manual europeo incluye las normas de higiene establecidas en la normativa de la Unión Europea. En él se reúnen las mejores guías prácticas para los cruceros que navegan en sus aguas. El objetivo es desarrollar e implementar programas integrales de saneamiento a partir del marco legislativo actual y, por tanto, minimizar el riesgo de enfermedades transmisibles. Los temas que incluye el manual pretenden formar a los manipuladores de alimentos en materia de gestión de enfermedades transmisibles, la gestión del agua potable, el control de plagas, la gestión de residuos, equipo y mantenimiento de instalaciones e información sobre directrices de saneamiento de inspección, incluidos los certificados de sanidad a bordo.
Comer en un crucero, exigencias sanitarias
En materia de normas de higiene a bordo.
Suministrar agua y alimentos de calidad y seguros.
El papel de los manipuladores de alimentos es crucial para conseguir un viaje sin contratiempos alimentarios. Deben contar con formación para evitar exponer a los pasajeros a riesgos por una mala praxis, además de conocer cómo mantener limpias las áreas de preparación y cómo impedir la acumulación de suciedad y posibles contaminantes. La aplicación de las medidas correctas es de gran importancia si se tiene en cuenta que pequeñas gotas de norovirus pueden propagar el virus en grandes áreas. El brote puede extenderse si no se aplican las medidas de control de inmediato.
Los peligros biológicos pueden ser de origen bacteriano (Escherichia coli O157: H7; Listeria monocytogenes, Staphylococcus aureus, Salmonella, Clostridium botulinum, Vibrio parahaemolyticus); por hongos como Penicillium spp., Aspergillus spp., Fusarium spp., aflatoxinas; virus como el de la hepatitis A o parásitos como Giardia spp., Cryptosporidium spp., Taenia spp. o Trichinella. Estos microorganismos pueden estar presentes en los alimentos en tierra y multiplicarse a bordo si las condiciones lo favorecen.