Las hipotecas a 30 años, plazo máximo que acaba de aprobar el Gobierno, conllevan el adelgazamiento del periodo en que se debe devolver el importe adelantado, aunque generan unas cuotas mensuales más elevadas al concentrarlas en menos tiempo. Los ingresos regulares que deberán justificar los solicitantes serán mayores, lo que impedirá su acceso a estos productos a las personas con menor poder adquisitivo. En el siguiente artículo se analizan las ventajas y los inconvenientes de las hipotecas a 30 años.
Hipotecas a 30 años
¿Adiós a las hipotecas de más de 30 años? Eso parece, a tenor de la decisión del Gobierno español de aprobar un proyecto que busca limitar el drama de los desahucios y también aumentar la prudencia bancaria, al desincentivar la concesión de hipotecas a más de 30 años. Se une así a la recomendación del Banco de España en el mismo sentido, que también propone no superar el plazo máximo de 30 años para un préstamo hipotecario. Será un cambio importante en el mercado hipotecario, ya que Moody’s recuerda que las hipotecas a más de 30 años representan el 12,5% de la cartera de los bancos españoles.
Las hipotecas a más de 30 años representan el 12,5% de la cartera de los bancos españoles
Las entidades de crédito ya las han relegado de su oferta, y los demandantes de este producto tendrán que asimilar que en los próximos meses ya no habrá hipotecas a más de 30 años de amortización.
La cara positiva de esta decisión es que las hipotecas a este plazo máximo, o a menos años, suponen la disminución del periodo de amortización, aunque como contrapartida generan unas cuotas mensuales más elevadas.
Como para poder acceder a estos créditos habrá que justificar ingresos regulares mayores (de los que ahora carece gran parte de la población), son muchos quienes no podrán obtener una hipoteca, o bien deberán recurrir a otras vías de financiación menos convencionales, como los préstamos familiares o entre particulares. En otro caso, serán numerosos quienes decidan optar por vivir en régimen de alquiler, que gana adeptos cada día.
Entre los más vulnerables a la implantación de las hipotecas a 30 años se encuentran los jóvenes, cuya capacidad de ahorro es insuficiente y sus salarios, muy escasos.
Ventajas de hipotecas a un máximo de 30 años
Permiten amortizarlas en menos tiempo, con lo que el nivel de endeudamiento se reduce de manera notable, al poder pagarla en el menor tiempo posible.
Se abonan menos intereses, ya que a medida que el plazo es mayor también aumentan los ingresos del banco a través de los intereses.
Se reducen, por lo general, los costes de las posibles comisiones que lleva aparejada la suscripción de las hipotecas.
Inconvenientes de hipotecas a 30 años máximo
Las cuotas son más elevadas, por lo cual los ingresos regulares de sus titulares deberán ser también más altos.
Los grupos sociales con menor poder adquisitivo tendrán problemas para acceder a estas hipotecas (jóvenes, personal no cualificado, etc.).
Habrá mayores filtros por parte de las entidades de crédito para medir la solvencia de sus demandantes, y se mirará con lupa su situación financiera y laboral para que no incumplan sus obligaciones con la entidad.
Con cuotas más altas, no se podrá disponer de dinero líquido para afrontar otros gastos o para fines domésticos o personales.
Ya es imposible encontrar hipotecas a 45 o 50 años, como había en ejercicios precedentes. Al revisar las propuestas de bancos y cajas de ahorros, se puede observar que el tope máximo para contratarlas está situado en torno a 30 años.
No es la única novedad respecto a las hipotecas, ya que también hay variaciones en el capital que se presta. Se deja de sufragar la totalidad de la vivienda (100%) para dedicar entre el 75% y 85% de la nueva compra. Los nuevos productos hacen imposible adquirir una casa si no se tiene algo de dinero en la cuenta de ahorros.