Los ahorradores pueden disponer de una cantidad fija a través de los intereses que generan sus productos de ahorro y de inversión. Es una ayuda eficaz para incrementar el saldo en sus cuentas corrientes y contrarrestar los efectos de las bajadas de nómina, los incrementos de impuestos o la disminución de otros ingresos regulares. El siguiente reportaje muestra cómo pueden cobrarse estos intereses que se originan en imposiciones a plazo, deuda pública, cuentas corrientes, pagarés bancarios, dividendos o fondos de inversión.
Intereses, una ayuda para llegar a fin de mes
Son numerosas las familias que llegan ya con apuros a fin de mes. En algunos casos, sus sueldos no bastan para afrontar sus gastos familiares y personales y tienen que recurrir a los intereses devengados por la contratación de algún producto bancario para salir a flote. Es una fórmula más para incrementar el saldo en sus cuentas corrientes y contrarrestar el efecto de una bajada de nómina, del incremento de impuestos o de la disminución de otros ingresos regulares, como consecuencia del enfriamiento de la economía española en los últimos meses. Estos intereses se generan al contratar productos de ahorro y de inversión, tanto en la renta fija como en la variable (imposiciones a plazo, deuda pública, cuentas corrientes, pagarés bancarios, dividendos o fondos de inversión).
Los intereses, según cada caso, pueden recabarse de manera mensual, bimestral, trimestral, semestral o anual
El rédito de los productos de ahorro e inversión permite a sus suscriptores disponer de mayor liquidez para afrontar los principales gastos domésticos. Pero quienes tienen invertido su dinero en alguno de estos productos, deben saber que el proceso para recibirlos varía de unos a otros, pues su mecánica no es la misma. Así, según el caso, pueden recabarlos de manera mensual, bimestral, trimestral, semestral o anual. Este dato no carece de importancia, ya que así podrán planificar su economía doméstica de una forma más práctica y racional.
Intereses que genera la renta fija
Depósitos
A través de estos productos a plazo, lo habitual es recibir los intereses a su vencimiento, aunque se están generando en los últimos meses algunas imposiciones que ejercitan estos pagos de forma mensual para agilizar la liquidez de sus titulares.
Pagarés bancarios y deuda pública (letras, bonos y obligaciones)
En este caso, los ahorradores lo tienen mucho más fácil, ya que dispondrán del dinero en el mismo momento de formalizar su producto. Se les pasa a su cuenta corriente la rentabilidad anunciada y, a su vencimiento, se les quitan los impuestos correspondientes (21%).
Cuentas corrientes y de ahorro
Menor remuneración es la que ofrecen estos productos bancarios, aunque hacen posible contar con los intereses todos los meses. Esto, siempre que sus condiciones así lo indiquen, ya que también pueden ser liquidados en periodos de tiempo más dilatados: cada dos meses, tres meses o al año.
Intereses que genera la renta variable
Quienes creen que los intereses solo se pueden recabar a través de la renta fija están en un error. La variable también se hace efectiva a través de pagos regulares todos los años. Es, en este caso, una renta fija dentro de la variable. Así, se reparten dividendos tanto de las acciones que cotizan en Bolsa como derivados de los fondos de inversión.
Fondos de inversión
Los fondos de inversión son la última novedad que proponen los mercados para recibir la remuneración en forma de dividendos. No todos cumplen con estas expectativas, pero sí se pueden encontrar fórmulas con estas características en la actual oferta. Reparten un dinero a sus partícipes de manera fija, que se hace efectivo todos los meses, trimestres o cada año, en función de sus políticas de remuneración. No son tan generosos como en la Bolsa, pero ayudan a conseguir entre un 2% y un 3% todos los ejercicios.
Bolsa
Es la forma más habitual para conseguir una renta anual que ayude a levantar la economía doméstica de los pequeños accionistas. En Bolsa, incluso pueden alcanzar el 10% del capital invertido. Los dividendos pueden ser también bimestrales, trimestrales o darse una sola vez al año, en función de las políticas empresariales. Valores del sector financiero, eléctricas y empresas de alimentación son las más proclives a la generación de estos pagos.
Hay otra alternativa real con respecto a estos pagos, que no pasa necesariamente por incrementar el saldo de la cuenta corriente y que afecta de manera sustancial a los productos de renta variable. Es la posibilidad de que los dividendos se reinviertan en las acciones y fondos de los ahorradores.
Esta opción perjudica a la liquidez de los inversores, pero, a cambio, se incrementan las probabilidades de conseguir mayores beneficios porque su cartera de valores es más elevada, tanto en los valores bursátiles como en los fondos de inversión que aplican esta estrategia de remunerar con dividendos a sus accionistas o partícipes.