La duda entre si conviene más elegir un árbol natural o uno artificial reaparece con la llegada de las fiestas navideñas. La decisión depende de aspectos decorativos, económicos y de cuidado del medio ambiente. Este artículo detalla los factores que se tienen en cuenta en el momento de elegir el árbol de Navidad, por qué la elección de ejemplares naturales es más sostenible y una tercera posibilidad, la de los árboles artesanales y alternativos.
Qué tener en cuenta al elegir el árbol de Navidad
Cada año, cuando llegan las fechas navideñas, a muchos les surge la duda: ¿qué es mejor para adornar la casa, un árbol natural o uno artificial? Hay varios factores que intervienen en la decisión, desde los económicos hasta los relacionados con la comodidad y el cuidado del medio ambiente. Pero, sin duda alguna, desempeña un papel determinante el interés por hacer del árbol una pieza fundamental en la decoración navideña, o si se desea solo como un complemento más.
Al comprar árboles naturales para la decoración navideña, hay que asegurarse de que provengan de plantaciones controladas
Los árboles naturales, en general, resultan un poco más caros que los artificiales, pero las diferencias no son tan grandes. Para mencionar un caso, los ejemplares que vende la Escuela de Ingenieros de Montes de Madrid tienen precios desde los 20 euros por unidad, con envío gratis en la ciudad (en la llamada zona A del metro). Estos árboles más baratos son los de la especie Picea abies, de hasta 1,25 metros de altura.
En el otro extremo se encuentran los del tipo Abies masjoanis y Abies nordmanniana, de entre 3 y 3,5 metros de altura, cuyo coste asciende a los 200 euros. Por supuesto, un árbol de estas dimensiones queda reservado para viviendas con un jardín u otro espacio donde se puedan colocar. Los ejemplares de estas especies de hasta 1,25 metros cuestan 36 euros por unidad.
Y esto sin contar las luces y adornos. Si no se desea un árbol natural, por menos de 10 euros se pueden hallar árboles artificiales, incluso adornados.
Árboles naturales, más sostenibles
Con respecto a la cuestión del cuidado de la ecología, ha habido siempre posturas encontradas. Se decía que el uso de árboles naturales como decoración navideña iba contra el medio ambiente. El principal argumento era que de esta manera se dañaban los bosques naturales, pues se cortaban ejemplares que luego eran desechados. También se elogiaba la posibilidad de poder reutilizar los artificiales durante varios años.
Esta discusión hoy en día parece superada. Los especialistas no dudan en el hecho de que los árboles naturales son más sostenibles que los artificiales. Los motivos son varios. Los más contundentes se enumeran a continuación:
Existen plantaciones controladas y destinadas de forma específica a la Navidad. No se dañan bosques ni zonas naturales. «Donde queda el hueco del árbol vendido otro será plantado», explica el Colegio y Asociación de Ingenieros de Montes (CAIM).
Cuando se desechan, los árboles naturales no contaminan, y además pueden utilizarse para compost
La producción de los ejemplares naturales supone múltiples beneficios medioambientales: absorben el dióxido de carbono, el principal gas responsable del efecto invernadero, producen oxígeno, mejoran la estabilidad del suelo, generan ecosistemas donde viven otras especies e incluso realzan el aspecto estético del paisaje, a menudo en terrenos donde no se pueden plantar otras especies. La fabricación de árboles artificiales, por el contrario, consume energía y contamina.
Los árboles naturales se pueden volver a plantar. Por eso (y para garantizar su origen controlado) se deben buscar siempre ejemplares que se vendan con sus raíces. Según el CAIM, el porcentaje de replantados y que sobreviven después de Navidad no llega al 10%, y para algunas asociaciones ecologistas el porcentaje es mucho más bajo. Pero la posibilidad existe y siempre se puede trabajar para elevar esas cifras.
En caso de que el árbol no sobreviva, genera un residuo orgánico, que no contamina y que además se puede emplear para la producción de compost. Es decir, se integra en un circuito de sostenibilidad. Los artificiales, aunque se usen durante varios años, acaban convirtiéndose en desechos de PVC y otras sustancias que tardan siglos o milenios en degradarse.
Hay una tercera alternativa: un árbol de Navidad construido de manera artesanal, con materiales de uso cotidiano o con objetos reutilizados. Esta opción, también sostenible y muy económica, permite además dar originalidad a la decoración navideña del hogar, con un ejemplar que se puede personalizar a gusto.
El árbol se puede fabricar con tablas de madera (lo más idóneo son tableros de fibras o de densidad media) o con cartón. Para los adornos también se pueden emplear este tipo de materiales, así como objetos reutilizados.
¿Árboles naturales o artificiales? Estos se pueden considerar artificiales pero sostenibles y con encanto o, incluso, una mezcla de ambos tipos, si se usan productos naturales para adornarlos.