Los edredones nórdicos hacen posible el mejor aislamiento térmico conocido, gracias a la ligereza de las plumas o plumones que dan lugar a numerosas cámaras de aire que retienen el calor. Para elegirlos, es fundamental tener en cuenta datos como el tipo de relleno y su gramaje. Este artículo explica por qué los edredones nórdicos son una buena alternativa de abrigo, cómo elegir el modelo más apropiado y el papel de las fundas en el momento de renovarlos.
Edredones nórdicos como alternativa de abrigo
Los edredones nórdicos se han convertido en los últimos tiempos en una gran alternativa frente a las antiguas mantas. Desarrollados para emplearse en las áreas más frías del planeta, estos novedosos abrigos de cama brindan una gran protección y con muchas ventajas.
Para elegir un edredón se deben considerar las necesidades de cada persona y el clima de la región donde viva
Los modelos disponibles de edredones cubren diferentes necesidades, que se adaptan a todo tipo de zonas climáticas, pero siempre con el mismo concepto: son abrigos ligeros elaborados con fibras (naturales o sintéticas) y con un sistema de costuras que garantiza una distribución uniforme del relleno a lo largo de toda su extensión.
Sus ventajas frente a las mantas convencionales son muchas. Como está relleno de plumas o de acrílico, el edredón nórdico es más ligero, por lo que su utilización resulta más confortable. Además, su gran efectividad térmica evita tener que emplear una manta, o más, encima de otra: todas son reemplazadas por esta única pieza.
Además, gracias a su diseño simple, los edredones nórdicos permiten prescindir del uso de la sábana de arriba y emplear solo la funda del edredón. Al servir como ropa de cama, las fundas se fabrican en varios colores y con diversos estampados, que permiten renovar el diseño con frecuencia, a la vez que se mantiene por muchos años el buen estado del edredón. Por otra parte, con un nórdico se simplifica el arreglo diario de la cama, es decir, hacerla consume menos tiempo y esfuerzo.
Cómo elegir el modelo de edredón más apropiado
En el momento de elegir un edredón nórdico, se debe considerar tanto la necesidad de abrigo de quien lo utilizará como las condiciones climáticas de la zona donde viva. Estos edredones se fabrican con diferentes tipos de rellenos y gramajes, que les otorgan varios niveles de aislamiento térmico. Los de máxima efectividad, pensados para regiones muy frías, pueden resultar excesivos aun en pleno invierno en áreas de temperaturas medias.
En general, los edredones nórdicos se clasifican en dos grandes grupos, según su tipo de relleno: de pluma natural o de fibra sintética. Estos últimos son menos abrigados y, a menudo, más óptimos para climas templados. Además, cuentan con la ventaja de que pueden lavarse sin problemas en la lavadora y, a diferencia de los rellenos naturales, son antialérgicos. Por su parte, los rellenos de pluma natural generan una superficie más voluminosa, que se traduce en mayor número de cámaras de aire con las cuales aumenta la aislación térmica. Entre estos, los de plumón (es decir, la parte más suave de la pluma, sin el cálamo o caña) son los más calóricos, debido a que no tienen ninguna dureza y concentran la mayor cantidad de espacios con aire.
El gramaje determina la densidad del relleno del edredón: a mayor cantidad, más abrigo proporciona
Otra de las características a partir de las cuales estos abrigos se diferencian viene dada por el gramaje, que se puede definir como la densidad del relleno del edredón. Se mide en gramos por metro cuadrado (gr/m2): a mayor cantidad, más abrigo proporciona. Para tener solo algunas referencias, un edredón de plumón de 200 gr/m2 puede ser suficiente para un invierno en una región no demasiado fría, mientras que en uno de plumas puede ser necesario un gramaje de hasta el doble, y más aún si se trata de fibra sintética. La información relacionada con el gramaje debe estar detallada en la etiqueta del producto.
Por último, y en referencia a la calidad de la confección del edredón, se debe verificar que los pespuntes no junten las telas exteriores sin relleno entre ellas. Si así fuera, esas líneas de costura quedarían sin protección, y esto haría que la pieza perdiera mucha capacidad de abrigo. Si hay relleno entre las costuras, se garantiza que el material esté bien distribuido en toda la superficie del edredón.
Una renovación en la decoración del dormitorio puede inspirarse en el diseño de las fundas del edredón nórdico de la cama. Entre ellas no solo hay diferentes opciones para combinar con otros estampados del ambiente (como pueden ser los de cojines o de las cortinas), también hay varios diseños innovadores que convierten la superficie de la cama en auténticas exhibiciones de arte.
En un dormitorio de colores claros y poco recargado con detalles, se pueden incluir fundas con diseños estampados como franjas de colores brillantes, fotos gigantes de objetos, paisajes, alguna persona famosa u otros diseños modernistas, o la fotografía de algún rostro famoso de cine, que harán que la cama se destaque.
El recambio periódico de las fundas para su lavado permite, además, jugar con la renovación entre diferentes estilos decorativos.