¿Qué es posible hacer con un capital valorado en 50.000 euros? Quienes hayan sido afortunados con cantidades de este tipo en algún sorteo, disfruten de la herencia de algún familiar directo o lo tengan tras muchos años trabajados, no pueden decir que con ese dinero pueden vivir de las rentas. Pero pueden sacarle provecho, si lo invierten de manera correcta. ¿Cómo? Si diversifican los ahorros, aprovechan las oportunidades que generan los mercados financieros o por medio de una gestión acertada, se conseguirá una remuneración superior al 5%. En este artículo se muestran algunas recetas para lograrlo.
Imagen: Tax Credits
¿Cómo ganar una renta a través de los ahorros?
Son muchas las estrategias que pueden utilizarse para activar un capital de 50.000 euros. No se trata de doblarlo, algo utópico en el actual contexto económico, sino de conseguir beneficios anuales a través de una certera capacidad para invertir. ¿El objetivo? Acumular en los próximos años una rentabilidad lo bastante importante como para constituir una renta adicional que añadir a la nómina.
Las ideas para lograrlo son muchas: algunas con mayor inseguridad, otras a través de incentivar la protección de los ahorros… Pero, en cualquier caso, hay que manejarlas en función del propio perfil inversor. Pueden ser tan agresivas como la capacidad personal para ingresar recursos monetarios lo permita, pero también defensivas, si lo que se busca es que la seguridad prevalezca por encima del riesgo.
1. Comprar acciones de valores con dividendos
Solo con comprar acciones de valores con dividendos se conseguirá una rentabilidad media todos los años entre el 5% y 8%, que es la que proporcionan a sus accionistas las compañías más generosas en esta retribución. Todo ello sin contar con la posibilidad de que la operación pueda revalorizarse en los mercados bursátiles y que incrementarían las plusvalías.
2. Bolsa con fondos de inversión
Si no se quiere depender de la evolución de un solo valor, lo más aconsejable será suscribir un fondo de renta variable, incluso mixto, para protegerse de los vaivenes de los mercados o de una pésima elección. Dotará mayor amplitud a la estrategia, invirtiendo en valores, índices y sectores bursátiles de todos los mercados de renta variable, bien globales o limitados a las plazas europeas, en función de la evolución de los mismos.
3. Invertir en materias primas
Los ahorradores más agresivos no podrán olvidarse de las materias primas o metales preciosos. Los incluirán en su cartera de inversión -al menos una pequeña parte de sus ahorros- a través de la elección de aquellos activos financieros que presenten mejor aspecto en su cotización. Siempre habrá alguna oportunidad para invertir en ellos, aunque los riesgos son muy acusados. Será necesaria la ayuda de un gestor financiero para canalizar esta apuesta de inversión.
4. Aprovechar las ofertas en depósitos
A pesar de la brusca bajada de rentabilidad de los depósitos, los ahorradores más conservadores pueden inclinarse por esta alternativa para preservar su capital y conseguir una mínima cantidad todos los años. Obtendrán casi el 1% en las ofertas promocionales, imposiciones para nuevos clientes o ligadas a la domiciliación de la nómina. En el caso de estar vinculados a otros activos financieros (Bolsa, divisas, metales preciosos), superarían estos márgenes de rentabilidad.
5. Planes de ahorro por encima del 2%
No es difícil encontrar planes de ahorro con una rentabilidad sobre el 2%. Son productos muy seguros. El único inconveniente que presentan es que, a veces, sus plazos de permanencia son muy largos, en torno a dos o tres años, pero aportan completa liquidez a su vencimiento, incluso con la posibilidad de ser rescatados de forma anticipada.
Si se quieren invertir 50.000 euros, hay que priorizar una serie de actuaciones para rentabilizarlos. Pasan sobre todo por generar el mayor interés posible, para ir acumulando un patrimonio mayor año tras año, sin olvidarse de utilizar cualquier mecanismo para proteger los ahorros y evitar las correcciones de los mercados. Para ello, será aconsejable seguir algunas de las siguientes pautas de comportamiento en los movimientos de los ahorradores:
- Buscar el mejor producto en cada momento, con independencia de las aportaciones que se realicen.
- Contar con una liquidez casi inmediata ante cualquier adversidad que puedan sufrir los inversores en alguna etapa de su contratación.
- Nunca faltará una protección en el producto suscrito, que impida una disminución severa en el patrimonio.
- No será prudente invertir todos los ahorros en una misma cesta, ya sea de renta fija como variable, sino que el éxito de la operación vendrá a través de una adecuada diversificación de los ahorros.
- Impedir, en cualquiera de los casos, que la avaricia dé al traste con el objetivos de ampliar el capital invertido. No en vano, siempre es mejor obtener una rentabilidad mínima que perder parte de los ahorros.