No hay una regla definitiva para ahuyentar la visita de los ladrones a la casa durante nuestra ausencia, pero es posible conseguir que estos indeseados visitantes se lo piensen más de una vez antes de perpetrar su delito. Como se indica a continuación, hay una serie de pequeñas acciones y estrategias que ayudan a mantener protegido el hogar en vacaciones: guardar dinero, joyas y objetos de valor en cajas fuertes, incrementar las medidas de seguridad en las puertas y cerraduras, no hacer comentarios en redes sociales y blogs sobre los días de descanso o contar con la colaboración de los vecinos. Todo ello puede servir para que la vuelta de las jornadas de asueto no depare ninguna sorpresa.
Más de 352 asaltos al día
Los cacos no descansan en todo el año, pero es en vacaciones cuando miles de hogares son víctimas de sus fechorías. Aparatos electrónicos, equipos digitales y audiovisuales, joyas, objetos de arte y dinero en metálico son los trofeos más deseados por los amigos de lo ajeno.
Aparatos electrónicos, joyas y dinero en metálico son los trofeos más deseados
Son numerosas las familias que tienen miedo a que la intimidad de sus hogares se viole, porque el robo con fuerza en el domicilio es el delito que más crece en España. Y es que, según datos oficiales de 2013, en nueve meses se denunciaron 96.245 robos, una media de 352 diarios.
Normas de actuación
Para evitar ser objeto de algún hurto, no hay una regla común y definitiva. Sin embargo, seguir una serie de pautas sencillas y básicas puede conseguir que estos visitantes se lo piensen más de una vez antes de perpetrar su delito:
1. Durante la ausencia no se debe dejar en la casa ningún objeto de valor (antigüedades, cuadros, documentos, joyas…), ni por supuesto dinero en metálico. Tampoco pueden quedar tarjetas de crédito y débito o cheques, a no ser que se disponga de una caja fuerte en el propio domicilio.
También es posible contratar una caja de seguridad en el banco y depositar en ella los objetos deseados. Por un coste mínimo de 50 euros se tendrá la seguridad de que las vacaciones transcurrirán con tranquilidad.
2. Los electrodomésticos, equipos audiovisuales y aparatos informáticos u ofimáticos figuran entre las preferencias de los ladrones. Conviene realizar un detallado inventario con todos los equipos que estén en el hogar. Debe incluirse: marca, tipo y número de fabricación. Hasta se pueden tomar fotografías de cada uno. Si bien esto no evita su robo, en caso de que se sustraigan, se dificulta su posterior circulación y venta, además de facilitar el trabajo de la Policía para devolverlos, si se recuperan.
3. Antes de la partida, es obligado asegurarse de cerrar con llave la puerta de la casa al salir y, además, potenciar esta medida con un refuerzo en la entrada: una segunda cerradura, una puerta blindada, sistemas de alarmas u otras alternativas. Ante esta dificultad, los cacos optarán por otro domicilio que carezca de los citados sistemas de seguridad.
Como medida adicional, es adecuado comprobar que todas las posibles entradas de la vivienda quedan cerradas, incluidas las ventanas de los patios interiores, terrazas, tendederos, etc. En los pisos bajos, conviene dotar de rejas a todas las ventanas. En los pisos altos y áticos, lo más prudente es reforzar los cierres de las ventanas o terrazas con sistemas de seguridad que eviten posibles aperturas desde el exterior.
4. Hay que tener cuidado y no comunicar la marcha vacacional en blogs, redes sociales, chats… Solo deben conocer que la casa se queda vacía los familiares, amistades de confianza y vecinos. Cualquier imprudencia puede resultar fatal.
5. Como medida preventiva, es muy aconsejable no poner la dirección en los llaveros, ya que si se pierden las llaves, el hogar será más vulnerable. Si se extravían, la opción más recomendable es cambiar de inmediato la cerradura, sobre todo, si se parte de vacaciones.
6. Se debe pedir a un vecino o al portero que recoja de manera regular la publicidad, correspondencia y todos los signos que puedan indicar que no se está en casa.
7. Las llaves de la vivienda pueden dejarse a los porteros de la finca, que deberán guardarlas en un lugar seguro, nunca a la vista de cualquier persona que pueda acceder al edificio. En caso de que no vivan en la finca, lo más conveniente es dejarlas en la casa del presidente de la comunidad de vecinos o en un cajetín bajo llave.
Para preservar el mobiliario y otros objetos de valor que se guardan en el hogar, los propietarios pueden decantarse por dos modelos de seguridad que se contratan en función de sus necesidades.
El más sencillo, compuesto por un sistema acústico y unos sensores, alerta de la irrupción de la persona no deseada en la vivienda mediante un mensaje de texto o una llamada telefónica. Su instalación es muy sencilla y algunos modelos cuestan menos de 50 euros.
Otros equipos más completos están conectados con una central receptora de alarmas que alerta a la Policía en pocos segundos de la posible visita. Para colocarlos se necesita el asesoramiento de un profesional. No obstante, son más caros -pueden suponer un desembolso superior a 5.000 euros-, si bien se pueden pagar a plazos, con una cuota mensual de entre 20 y 40 euros, en función de las prestaciones requeridas por el usuario.