La Navidad ya ha llegado y los españoles se preparan para celebrar el Fin de Año y la Noche de Reyes en los distintos cotillones que se desarrollarán en cada localidad. A raíz de los desgraciados acontecimientos de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena, las normativas y ordenanzas municipales que regulan la organización de festejos en espacios cerrados se han endurecido, con el fin de velar por la seguridad, sobre todo, cuando se concentran grandes multitudes. En el siguiente artículo se ofrecen algunas recomendaciones para disfrutar sin riesgos de los cotillones y demás celebraciones navideñas. Por un lado, se enumeran las obligaciones que han de cumplir las empresas organizadoras y, por otro, las precauciones que deben observar sus asistentes.
Una normativa más estricta para la celebración de fiestas
Como cada año, el inicio de las fiestas navideñas supone la llegada de las celebraciones con la familia, amigos o compañeros de trabajo. Cotillones y macrofiestas en bares, discotecas, karaokes, restaurantes, carpas y polideportivos habilitados al efecto surgen en estos días ofreciendo diversión nocturna con precios que van desde los 30 euros en adelante. La barra libre de bebidas o los bonos por consumiciones, las bandejas con dulces navideños, las uvas, el roscón o el chocolate del desayuno, las serpentinas y el confeti, la música o las actuaciones en directo y el ambiente festivo son norma general en todas estas celebraciones que congregan a una enorme cantidad de público, en su mayoría, joven.
El tique de entrada de la fiesta y los folletos que la publicitan son imprescindibles ante cualquier futura reclamación
Aunque los cotillones de Fin de Año siguen siendo los más concurridos, cada vez están cobrando más protagonismo las fiestas durante la Nochebuena y en la Noche de Reyes. Para la organización de estos eventos, tanto los locales que no se dedican de forma habitual a este tipo de actividad, como los establecimientos hosteleros que carecen de licencia para la celebración de cotillones, deben solicitar una autorización administrativa especial en el municipio correspondiente o en la comunidad autónoma de que se trate.
Por su parte, los distintos ayuntamientos están endureciendo la normativa que regula las condiciones en que deben organizarse estos festejos e inspeccionarán durante estas noches los establecimientos donde puedan celebrarse fiestas ilegales para proceder a su clausura.
Además, se debe garantizar que los cotillones legales cumplen con todos los requisitos de seguridad y que la venta de entradas no es superior al aforo del local.
Antes de adquirir una entrada para asistir a un cotillón navideño, hay que comprobar que el evento posea todas las garantías de seguridad. De hecho, las asociaciones de consumidores están alertando a los usuarios sobre las fiestas que no cumplen las mínimas normas de seguridad, como la falta de licencia, el exceso de aforo, la deficiente higiene o la pésima calidad de las bebidas.
Obligaciones que han de cumplir las empresas organizadoras de cotillones
El servicio y la calidad de los alimentos y bebidas que se sirvan en el cotillón deben responder a lo anunciado, ya que la publicidad es vinculante.
Los productos de comida que se ofrezcan deben estar preparados siguiendo las más estrictas normas de higiene y manipulación de alimentos, para evitar que se pueda producir una intoxicación entre los asistentes. Asimismo, las bebidas alcohólicas tienen que ser de primeras marcas para evitar los efectos del conocido «garrafón».
La empresa promotora del evento debe contar con un seguro de responsabilidad civil específico que garantice las posibles reclamaciones que se formulen por los daños causados a terceros, personales y materiales, durante el desarrollo de la celebración, como:
- Reclamaciones por los daños ocasionados a los asistentes o espectadores (resbalones, caídas, etc.).
Quejas por los daños materiales al recinto donde se celebra el evento.
Responsabilidad Civil Patronal de los trabajadores contratados para la celebración de la fiesta, incluidos los autónomos.
Los límites de cobertura de la póliza están determinados por la legislación vigente en cada comunidad autónoma y condicionados al aforo del recinto contratado.
No se debe superar el horario, los niveles de ruido, ni el aforo permitidos. Además, si en la fiesta hay más de 100 asistentes, la organización debe contar con vigilantes jurados para prevenir posibles altercados. A partir de un aforo de 500, se precisa la presencia de dos vigilantes de seguridad y de tres, en caso de que sea un cotillón de 750 personas. Cuando son 1.000 los asistentes, se necesitan cuatro vigilantes, y será preciso un vigilante más por cada fracción de 1.000 personas.
Si se trata de una macrofiesta con más de 1.000 asistentes, es imprescindible la contratación de seguridad privada. Los promotores deben tener, además de los vigilantes jurados, a personas que controlen los accesos y atiendan las posibles aglomeraciones causantes de accidentes, equipos médicos y ambulancia, etc.
La relación de precios de las consumiciones y las hojas de reclamaciones han de estar bien visibles y a disposición del público.
El derecho de admisión está regulado por cada comunidad autónoma, por lo que es recomendable conocer la normativa local. Sin embargo, todas las regulaciones coinciden en que el ejercicio de este derecho no puede encubrir discriminaciones. Así, las condiciones de acceso al festejo deben ser públicas y estar visibles.
En caso de instalaciones desmontables o móviles (como escenarios o cubiertas), los promotores del evento tienen que justificar su adecuada estabilidad.
Los organizadores de fiestas deben garantizar que el local cumple las pertinentes medidas contra incendios y se cuenta con un plan de emergencias, en caso de necesidad.
Según la Ley de Espectáculos Públicos, el local donde se celebre la fiesta ha de disponer de un número de salidas proporcional a su aforo. Asimismo, las puertas y salidas de emergencia tienen que estar iluminadas y no pueden encontrarse atascadas u obstruidas.
En caso de incumplir las normativas de seguridad, los locales se enfrentan a sanciones que van desde los 1.200 euros hasta los 150.000, si se califican como muy graves, además de la posible clausura de la sala.
Cautelas que han de observar los asistentes a cotillones
Según la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI), al comprar la entrada de la fiesta, el consumidor puede solicitar que se le muestre la licencia preceptiva para la organización del evento. Además, para asegurarse de que la noche transcurrirá sin problemas, el usuario tiene derecho a ver las instalaciones y conocer el aforo total del local y el número de entradas puestas a la venta.
Asimismo, los consumidores deben cerciorarse de los servicios incluidos con la compra de su entrada, como pueden ser la barra libre o, en su defecto, el número de consumiciones, el cotillón o el servicio de guardarropa.
Es indispensable guardar la entrada o el tique de compra y todos los folletos que publiciten la fiesta, ya que servirán como garantía ante cualquier posible reclamación. Asimismo, hay que tener precaución con las entradas para cotillones que se venden a través del teléfono móvil o por Internet, puesto que, en algunos casos, son falsas.
Es fundamental acudir a establecimientos que tengan la licencia concedida.
Los asistentes a este tipo de fiestas tienen que respetar las normas más elementales de seguridad: no fumar, no portar bengalas, petardos y demás artefactos pirotécnicos, etc.
Además, para evitar quemaduras, hay que procurar mantenerse alejados de fuentes de calor como estufas o velas, ya que una imprudencia puede provocar un incendio que pondría en peligro a todo el público. Son noches de humedad y bajas temperaturas y si en el espacio donde se celebra la fiesta se utilizan medios de calefacción por gas (butano, propano, etc.), conviene asegurarse de que esté garantizada la ventilación.
Los asistentes deben tener localizados los extintores y las puertas y salidas de emergencia. Asimismo, los sistemas e itinerarios de evacuación tienen que estar bien señalizados.
Si un usuario cree haber sido objeto de algún hecho denunciable en el transcurso de la fiesta, es recomendable solicitar los datos de testigos presenciales. La actividad de los vigilantes privados está regulada y cualquier comportamiento anómalo puede ser denunciado.
Queda prohibida la entrada a este tipo de eventos a los menores de 16 años.
Son noches de excesos y los empachos y la embriaguez no son buenos compañeros de viaje. Por ello, lo mejor es dejar el coche en casa o que el conductor adquiera el compromiso de no beber alcohol. En este sentido, algunos municipios habilitan autobuses para transportar a sus hogares a los asistentes a los cotillones.
La ilusión de los jóvenes no debe estar reñida con la seguridad. Por eso, si los usuarios detectan que el aforo ha sido sobrepasado, lo que puede conllevar situaciones de peligro, que las consumiciones no son de la calidad deseada o que el local no cuenta con las mínimas condiciones de higiene, deben ponerlo de inmediato en conocimiento de las autoridades de consumo de su localidad.