Elevar la punta de la nariz, suavizar el caballete o corregir ciertas irregularidades leves sin pasar por el quirófano es posible. Siempre que los defectos estéticos nasales no sean muy acusados, una alternativa a la cirugía, denominada rinomodelación o remodelación nasal, los subsana. Jesús Esquide, médico especialista en cirugía estética del Centro Instimed, de Madrid, experto en cirugía menor y miembro de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), explica que esta técnica consiste en aplicar rellenos en las zonas que se tratan. No se aplica cuando hay grandes alteraciones óseas o del cartílago, ya que en estos casos se requiere una intervención quirúrgica.
Es una técnica para corregir los defectos estéticos nasales de carácter leve a moderado, sobre todo, cuando hay un hundimiento de la raíz de la nariz -el ángulo frontonasal-, se tiene mucho caballete -o nariz aguileña- y la punta nasal caída. También corrige las secuelas de una cirugía nasal o de un traumatismo, como pequeñas irregularidades o asimetrías, y alinea una nariz torcida.
Cuando hay grandes alteraciones óseas o del cartílago. No sirve para corregir un caballete prominente ni para estrechar la punta de la nariz cuando es muy grande.
“Esta remodelación corrige las secuelas de algunos traumatismos, como irregularidades o asimetrías”
La principal ventaja es que evita la cirugía. Se realiza con crema anestésica en un cuarto de hora y, después, el paciente retoma su actividad habitual. Las correcciones y mejorías también se notan al instante. Realizamos pequeños cambios con los que los pacientes experimentan una gran satisfacción. La cirugía nasal, por el contrario, requiere anestesia general, la colocación de una férula durante una semana y taponamientos, mientras que sus resultados no siempre son los esperados.
En ocasiones se necesitan dos, pero en general basta con una sesión.
La primera vez que realizamos esta técnica utilizamos productos reabsorbibles, de forma que si el resultado no gusta, al cabo de un año la nariz recupera su forma natural. Los productos que usamos duran un año, pero si el paciente lo solicita, podemos utilizar productos permanentes en una segunda intervención.
“Se realiza con crema anestésica en un cuarto de hora y, después, el paciente retoma su actividad habitual”
Aplicamos hidroxiapatita cálcica y ácido hialurónico a través de unos pequeños pinchazos en una zona determinada. Los resultados son prácticamente inmediatos, pero insisto en que estos procedimientos sólo son para casos leves o moderados.
En principio, no causan alergia puesto que ya se utilizaban con anterioridad en cirugía maxilofacial. En esta técnica, aplicamos el ácido hialurónico en la base de la punta de la nariz, para darle sustrato y apoyo y elevarla, mientras que la hidroxiapatita cálcica se emplea en el dorso de la nariz, en la raíz nasal, para el fondo del tejido nuevo. Así se pretende que se forme colágeno nuevo y actúe como relleno de forma fisiológica.
No hay riesgo si está bien hecha. Cada año o año y medio, si se practica con productos reabsorbibles, hay que retocarla, pero si el paciente quiere, como he comentado, se pueden aplicar productos permanentes.
Un gel de poliacrilamida.
Depende de los casos. Cuando hay pequeñas desviaciones en el plano longitudinal, se pueden aliviar. La técnica de remodelación da buenos resultados porque la nariz queda muy alineada. Pero insisto, esto no evita que en ciertos casos de desviación del tabique nasal haya que practicar una cirugía. Se debe estudiar a cada paciente de manera individual.
La rinomodelación o remodelación nasal es una técnica nueva en España. Esta alternativa a la cirugía consiste en remodelar la nariz a base de rellenos, con una combinación de productos reabsorbibles o permanentes en las zonas que se pretenden tratar. La gran ventaja de esta técnica es que sus resultados son apreciables casi de manera inmediata, sin las molestias posoperatorias que conlleva la cirugía.
Quienes la practican afirman que es una técnica “muy agradecida, ya que pequeñas modificaciones en una zona tan visible como la nariz, suponen unos cambios generales en el conjunto facial, muy satisfactorios para los pacientes”. Jesús Esquide asegura que, desde que comenzó a aplicarse en España, se ha reunido una casuística cercana a 6.000 tratamientos con los siguientes resultados: en un 80% de los casos, fueron muy satisfactorios; en un 15%, menos satisfactorios; en menos del 5%, nada satisfactorios. “Como ocurre en todas las operaciones, los resultados que no son óptimos están relacionados con una mala ejecución de la técnica o una mala indicación”, comenta Esquide.
La rinomodelación está indicada para pacientes con un caballete moderado, depresión de la raíz nasal, punta nasal caída (ángulo naso-labial inferior a 90º), asimetrías nasales tras traumatismos o con secuelas de una cirugía anterior, pero no puede reducir el tamaño de una nariz grande o con grandes alteraciones óseas, las cuales requieren una intervención quirúrgica.