La obesidad conduce a la diabetes y también, en sí misma, al desarrollo de ciertos tipos de cáncer como el de endometrio, mama, colorrectal, páncreas y próstata. El 23% de la población española, es decir, ocho millones de personas, está en esta situación de riesgo, porque ha quedado bien establecida la relación entre el exceso de peso y el padecimiento de determinados cánceres a través de estudios poblacionales. De ahí, la importancia de realizar dieta y ejercicio para intentar mantener un peso adecuado. El estudio de personas con una gran obesidad, que se han sometido a cirugía bariátrica para perder los kilos sobrantes, ha permitido averiguar que la reducción de peso ayuda a disminuir el riesgo de cáncer. Sin embargo, respecto a todas estas cuestiones, aún quedan pendientes por resolver algunas dudas, como explica en esta entrevista Felipe Casanueva, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Clínico de Santiago, catedrático de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) con motivo del XXIV Congreso de la Sociedad Española de Diabetes (SED), que se ha celebrado en Sevilla.
Absolutamente, aunque hay que distinguir entre dos tipos de diabetes: la más conocida, la diabetes de tipo 2, y la que afecta más a los niños y es la propia de personas que necesitan tratarse con insulina desde el comienzo de la enfermedad, que es la denominada tipo 1. Sin embargo, más del 90% de los pacientes diabéticos tienen diabetes de tipo 2, son mayores y, por lo general, tienen algún familiar que también la ha desarrollado de mayor. La diabetes de tipo 2 está relacionada de manera directa con la obesidad; de hecho, sus dos principales causas son la obesidad y el sedentarismo.
“La obesidad eleva el riesgo de un infarto agudo de miocardio, ictus y de diabetes”
En todas estas relaciones, una es la causa de la otra. A través de estudios epidemiológicos en grandes poblaciones ha quedado demostrado que la obesidad en sí misma puede provocar cáncer de endometrio, mama, colorrectal, de páncreas o de próstata. Esta lista de cánceres en la persona, solo por ser obesa, es cada vez mayor, pero la población no la conoce bien. No está bien informada sobre ella.
Hay que realizar estudios en un mayor número de habitantes para demostrar si tienen el mismo riesgo de padecer cáncer las personas diabéticas que las que son obesas. En esta relación entre obesidad y diabetes, la duda que queda por resolver es si la diabetes en sí misma puede ser la causa, aunque cabe decir que la mayor parte de los pacientes con diabetes son obesos y está establecida de manera clara la asociación entre el desarrollo de cáncer y obesidad. Se puede sospechar también de la diabetes, aunque hay que probarlo.
“El 23% de la población española es obesa”
Sí. En cuanto a la diabetes de tipo 2, la mayoría de los casos tienen que ver con el exceso de peso. La diabetes de tipo 1 es otra enfermedad, en ella no hay un exceso de peso y el riesgo de cáncer no es mayor que el de la población general.
Está estudiado en pacientes con un peso corporal muy elevado, que han recibido un tratamiento de cirugía bariátrica para reducir el estómago, el intestino y así bajar peso corporal. En estos casos, sí se ha visto que se merma el desarrollo de cáncer. En otras palabras, controlar y reducir el peso asociado a la diabetes no solo ayuda a disminuir el riesgo cardiovascular, sino también el riesgo de desarrollar cáncer.
“Controlar y reducir el peso asociado a la diabetes no solo ayuda a disminuir el riesgo cardiovascular, sino también el de cáncer”
Los trabajos publicados demuestran que hay esta asociación entre los pacientes con una obesidad notable. Tal vez el sobrepeso también incremente el riesgo de cáncer, pero aún no ha quedado confirmado. Para establecer la asociación entre una enfermedad y otra, se deben realizar estudios en miles de personas y durante mucho tiempo. No obstante, que no se haya comprobado esta relación entre el sobrepeso y el riesgo de cáncer no quiere decir que no exista.
Un mensaje muy importante es explicar que el 23% de la población española es obesa, lo que significa que sufren este problema de salud 8 millones de personas. No es un problema estético, sino una enfermedad muy seria, que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y de fallecer. La obesidad eleva de forma dramática el peligro de un infarto agudo de miocardio, ictus y, en sí misma, de diabetes, con las complicaciones que esta conlleva. La última llamada de atención que se debe hacer a la población es que la obesidad también incrementa el riesgo de sufrir diversos cánceres. De ahí el sentido de la dieta y el ejercicio físico para no desarrollar obesidad.
“El mejor consejo para las personas que empiezan a acumular muchos kilos es que consulten a un endocrinólogo y, en general, que se siga una alimentación variada, en cantidades moderadas, rica en el consumo de frutas y verduras y, sobre todo, que se produzca un aumento de la actividad física”, aconseja Felipe Casanueva.
Según este especialista, para realizar ejercicio, “no es necesario ir al gimnasio, sino que con practicar media hora diaria de ejercicio activo y enérgico es suficiente. Pero debe hacerse de forma continua, de manera que, si un día no se puede realizar durante media hora, al día siguiente se recupere y se haga una hora. Y, enérgicamente, es decir, que se debe caminar a un ritmo en el que sea difícil mantener una conversación si alguien va al lado. El ejercicio es importante. Hacerlo está al alcance de todos y resulta beneficioso para la mente y es el mejor aliado para olvidarse de los problemas familiares, laborales y de todo tipo. Practicarlo de forma moderada es importante”.