Los alquileres han bajado de precio, pero para conseguir gangas, es preciso seguir una estrategia dominada por la diligencia y la paciencia. Solo así, los demandantes de este régimen de vivienda pueden detectar pisos o apartamentos por unos importes más asequibles y en consonancia a sus ingresos. Si bien es cierto que quizás no los encuentren de inmediato, con perseverancia y teniendo en cuenta los consejos que se enumeran en este reportaje, podrán hacer realidad su sueño en pocas semanas, o meses a lo sumo.
Buscar un alquiler más barato
El precio medio de la vivienda en alquiler en España es de 667 euros mensuales, según datos de mayo de 2013 del portal inmobiliario Enalquiler, lo que supone un descenso del 0,8% respecto al mes anterior y una variación anual del -5,8%. Los alquileres, pues, continúan con su tendencia a la baja.
Si la negociación se hace en contacto directo con el propietario del piso, se puede conseguir una mayor rebaja en el alquiler
No es de extrañar, por tanto, que ante las serias dificultades económicas por las que atraviesan los hogares españoles, no sean pocos los demandantes de un piso de alquiler que busquen importes más económicos para estabilizar su presupuesto mensual y llegar a final de mes con su cuenta corriente en mejores condiciones de liquidez. La tarea no es fácil, pero los efectos de la crisis económica propician que esta labor sea más factible que en anteriores años, e incluso que se puedan conseguir auténticas oportunidades de alquiler impensables hace unos pocos meses.
Bajo una estrategia dominada por la diligencia y la paciencia, los demandantes de este régimen de vivienda pueden detectar pisos o apartamentos por unos costes más asequibles y en consonancia a sus ingresos. Puede que no lo encuentren de inmediato, pero si perseveran, es probable que lo hallen a las pocas semanas, o meses como mucho.
Las dificultades para alquilar un piso genera que los propietarios bajen sus precios antes que tener el inmueble inutilizado. Es preferible tenerlo ocupado por una cuantía menor que tenerlo vacío y con los gastos que conlleva su mantenimiento (comunidad, impuestos, etc.). Entre los inquilinos, son numerosos los que esperan caídas adicionales de los importes para poder disponer de una buena casa a un mejor coste. Con este criterio de selección puede que los usuarios no den con el objetivo de encontrar su vivienda soñada, pero en tiempos de crisis económica deben prevalecer otros juicios de valor. Se trata de detectarlos con las mejores condiciones de arrendamiento y, de esta forma, contener los gastos del hogar.
Consejos para abaratar el alquiler
Son muchos los canales donde hay pisos para alquilar que de manera regular hacen revisiones a la baja de sus propuestas, pero es en el contacto directo con el dueño cuando es más factible rebajar el coste del alquiler. A través de unos sencillos consejos, se puede hacer realidad pagar menos por disponer de una casa.
Aprovechar la necesidad de liquidez de algunos propietarios, que los induzca a la disminución de la renta ante la falta de demanda del sector. Los inquilinos pueden encontrar hoy «gangas» con importes más bajos y competitivos.
En las páginas web de las inmobiliarias, los precios se van actualizando y ajustando de forma continua. Se puede esperar un tiempo prudencial a que la oferta se vaya adecuando a las perspectivas del demandante para alquilar la vivienda.
Muchos caseros buscan inquilinos estables y formales. En este sentido, se puede presionar al propietario y obtener una rebaja en el importe a cambio de darle estabilidad.
Puede que no sea el piso soñado, pero dentro de los menos demandados (bajos, interiores, calles secundarias, etc.) se pueden encontrar casas con una suma muy atractiva. Aunque no sea lo que se buscaba en un principio, puede ser una excusa perfecta para ahorrar dinero todos los meses.
Aprovechar la necesidad de los dueños de no desear tener inmovilizada la vivienda durante muchos meses, para lograr que rebajen el precio de su alquiler. Crisis, paro o contención de gastos pueden propiciar esta estrategia
Tener paciencia para alquilar un piso o apartamento, ya que merece la pena esperar un poco si al final se pueden pagar 100, 200 o 300 euros menos. No hay que decantarse por el primero que se vea, sino que la labor llevará algo de tiempo y dedicación.
Presentar al casero de forma nítida y contundente los valores positivos de su candidatura (cuidadoso, familia estable, seriedad en los pagos, etc.) para abaratar el precio de la vivienda. No hay nada que perder, y a lo mejor se convence al propietario de sus bondades como inquilino con una cantidad más razonable.
El depósito de fianza no es homogéneo en relación a su cuantía. Puede ser de una mensualidad (lo más habitual), pero también ampliarse a dos o tres meses, en función de los requerimientos de los propietarios. No obstante, en estos casos, y al ser un desembolso más exigente, puede llegarse a un acuerdo.
De no ser así, y si las finanzas personales del demandante no pueden abarcar varios meses, la solución a este problema podría ser la contratación de un pequeño crédito que pudiese sufragar estos gastos, aunque habría que buscarlo con los tipos de interés más bajos posibles y sin comisiones, para no encarecer la operación en exceso.
Otra alternativa que dispondrían los usuarios consistiría en demandar un anticipo de la nómina para responder a la fianza.