La solución a los problemas que tienen numerosas familias para encontrar una vivienda barata puede estar en rebajar sus pretensiones y expectativas respecto al futuro hogar. Para evitar el endeudamiento excesivo, y en último término un desahucio, lo más sensato es adquirir un inmueble que se ajuste a los ingresos reales, aunque no sea el piso soñado. ¿Cómo se puede encontrar? Como se señala en este artículo, algunos aspectos hacen que el coste de una casa sea más económico. Así, si no está en las arterias principales, sino en calles secundarias, es interior o no es de construcción moderna, su precio puede bajar de manera considerable. Conviene tenerlo en cuenta y saber que estos pisos más baratos pueden ser, a la larga, una gran oportunidad.
Rebajar las expectativas respecto al futuro hogar
Uno de los principales problemas que tiene la población española es su dificultad para acceder a una vivienda, en unos casos por sus altos precios -a pesar del descenso en los últimos años como consecuencia de la desaceleración del mercado inmobiliario- y, en otros, por sus problemas para obtener una hipoteca o poder responder a las más altas. Por eso muchos compradores tratan de conseguir una casa más barata, aunque en numerosas ocasiones quede alejada de los sus deseos iniciales. Pero que sea, entre otros muchos aspectos, interior, situado en pisos bajos y no muy moderno en su construcción puede hacer que el desembolso para su adquisición no sea tan elevado.
La ausencia de trasteros o garaje puede ser un detonante para que el precio de venta del piso disminuya
Cuando se encuentra una vivienda más barata, pero no se ajusta a lo que se buscaba en principio sino a lo que marcan los ingresos familiares, conviene tener total convencimiento respecto a su compra, ya que será el espacio en el que se vivirá, si no toda la vida, sí es probable que sea durante muchos años. En caso contrario, lo idóbeo es buscar un piso en alquiler hasta que la situación económica sea más boyante.
Menos prestaciones, pisos más baratos
Entre los distintos aspectos que pueden hacer que una vivienda sea más barata destacan los siguientes:
Sin ascensor:
Es una de las circunstancias que más se puede utilizar por parte de los compradores para conseguir una rebaja en el precio de una casa. Además, si el piso es un 1º, 2º o 3º, en realidad el esfuerzo de subir no será excesivo, y más aún si los que la adquieren son personas jóvenes y sin problemas de salud.
Pisos bajos:
Las viviendas de los pisos más bajos (primeros, bajos o sótanos) se comercializan con un importe más asequible. En unos casos, se debe a su menor demanda y, en otros, por sus características, ya que suelen soportar más ruido, son menos luminosos…
Interior:
Una vivienda interior siempre es más barata que una exterior. Pero no siempre comprar una casa con estas peculiaridades implica desventajas. En las ciudades grandes, y siempre que el piso sea luminoso porque da a un patio de manzana, los interiores son mucho menos ruidosos.
Sin portero:
Contar con un servicio de portería para recoger basuras, limpiar el edificio, recoger paquetes postales o dar información sobre cualquier eventualidad resulta muy cómodo. Pero también es más caro, ya que hay que pagar un sueldo al portero. Por ello, las casas sin este servicio son también más baratas.
Zona:
Las viviendas que están en las calles céntricas y los barrios más exclusivos tienen precios más elevados, mientras que las más alejados del centro o situadas en zonas periféricas presentan un coste más ajustado.
Asimismo, las ubicadas en zonas con excesivo movimiento, o en las conflictivas, suelen tener unos precios más baratos y con posibilidad de rebaja.
Mal estado del piso o del edificio:
Sin duda, un piso mal cuidado no puede tener el mismo importe que otro que se encuentra en perfecto estado. Por ello, es uno de los factores con los que más se puede negociar, ya que habrá que invertir dinero en reformas tras la compra.
Si el edificio (fachada, zonas comunes…) está en mal estado o deteriorado, su precio también será menor, ya que tarde o temprano tendrá que haber reformas.
Antigüedad del inmueble:
Es otra de las variantes que puede incidir más en la cuantía definitiva de la venta o alquiler. A medida que su construcción sea más antigua, más barata será.
Con pocos servicios:
Al igual que el portero, la ausencia de trasteros o garaje puede ser un detonante para que el importe de venta se aligere, con respecto a otros que sí cuentan con estos servicios en su carta de presentación.
Número de vecinos:
Si hay pocos vecinos, los gastos de mantenimiento y administración de la finca se pueden disparar. Al haber un menor número, el reparto será más exigente al tener que dividirse entre menos propietarios.
Otros parámetros:
Las tomas de electricidad, la adaptación a banda ancha para conectarse a Internet, las fuentes de recepción para recibir las señales de televisión o el tipo de calefacción serán otros de los detonantes para que el precio de la vivienda se amplíe o pueda verse deteriorado.
Los metros cuadrados de un piso desempeñan un papel determinante para conseguir una bonificación sobre el importe final de la venta. Cuanto mayor sea la vivienda, mayor es también la capacidad de negociar el precio, y se pueden obtener mejores descuentos con respecto al coste original del inmueble.
Por el contrario, no ocurre lo mismo con los pisos de pequeñas dimensiones (por debajo de 70 metros cuadrados). En estos casos, es mucho más difícil aplicar esta estrategia, ya que disponen de unos precios más ajustados, y una pequeña bajada es todo un triunfo, por mínima que sea. Solo si estas casas muestran un mal estado y precisan de importantes reformas para vivir en ellas, será posible negociar.