El feng shui enumera recomendaciones generales para la casa y sugerencias más específicas para cada una de sus estancias. Por eso, hay consejos para aplicar en el cuarto de baño, pese a que en la antigua China esta parte del hogar era considerada una zona negativa. Este artículo analiza cómo ve el feng shui al cuarto de baño, brinda algunos consejos de esta disciplina oriental para el orden y la disposición de los objetos en esta estancia y explica cómo se pueden integrar allí los elementos de la naturaleza.
El cuarto de baño para el feng shui
El feng shui es una antigua disciplina oriental que tiene como fundamento buscar la armonía y la buena circulación de energía en la casa. Más allá de si se cree o no en la presencia de esa energía vital llamada chi por los chinos, lo cierto es que muchas de las recomendaciones del feng shui en relación con la disposición de los muebles, objetos, colores, etc. son válidas para el bienestar general del hogar.
El feng shui recomienda introducir madera, tierra, metal y fuego en el cuarto de baño, para equilibrar la preponderancia del agua
El cuarto de baño, en concreto, es visto por estas milenarias creencias como una zona negativa, debido al predominio de uno de los elementos de la naturaleza (el agua) sobre los demás (aire, tierra, fuego y metal) y a la existencia de numerosos desagües, que provocan una pérdida de la energía vital. Por este motivo, en la China antigua los baños se instalaban en el exterior de la casa. Como consecuencia, según el feng shui, lo que se debe buscar en el baño es reducir la fuga del chi a través de sus desagües y otros espacios.
En Occidente, por otras causas (concentración de olores, humedad, suciedad corporal, etc.), el cuarto de baño también posee muchas connotaciones negativas. Pero la aplicación de algunas de las normas del feng shui permite contemplar a esta estancia de otra manera, y lograr un espacio agradable y seguro para dedicar al aseo personal.
Consejos del feng shui en el cuarto de baño
Asegurarse de que no haya pérdidas de agua y de que no queden grifos abiertos o goteando. Lo que según esta disciplina evita la fuga de energía vital, en la actualidad también sirve para ahorrar agua, un recurso muy valioso a nivel medioambiental y económico.
Dotar a la estancia de buena ventilación, sobre todo después de tomar un baño o una ducha. Esto impide la concentración de malos olores y de humedad, que puede estropear o afear objetos y generar focos de enfermedades o infecciones. El acceso de una mayor cantidad de luz natural es muy beneficioso.
Mantener la estancia limpia y ordenada. El feng shui apunta que el desorden dificulta la buena circulación de la energía. En cualquier caso, cuando cuesta mucho encontrar lo que se busca, es normal ponerse nervioso. A muchas personas, estar en un espacio desordenado les impide relajarse y dejar atrás el estrés.
Evitar el uso del cuarto de baño para actividades que no sean las específicas. Es decir, el feng shui propone no usarlo para almacenar la ropa sucia, poner la lavadora, etc. Muchas casas actuales son de dimensiones tan reducidas que esto es casi impracticable, pero siempre que se pueda, es mejor dejar el baño solo para necesidades y aseo personal.
Cuidar que la puerta de la estancia se mantenga cerrada en todo momento, y lo mismo la tapa del inodoro. Así la energía no se escapa, según el feng shui, y se evita la propagación de malos olores. Lo aconsejable, además, es que la cortina de la ducha quede extendida, para impedir la acumulación de humedad.
Una regla básica del feng shui es procurar un equilibrio de los elementos de la naturaleza en el interior de cada estancia. Para ello, se deben introducir objetos de materiales y colores diversos, compuestos por esos elementos o relacionados con ellos. En el caso del cuarto de baño, el objetivo es integrar los que compensen la presencia dominante del elemento agua.
La madera se puede incorporar a través de toalleros, jaboneras o pequeños muebles. Incluso toallas, cortinas de ducha u otros elementos con dibujos o imágenes de paisajes, árboles, etc., contribuyen a que la madera adquiera presencia.
El elemento tierra, por su parte, es sencillo de añadir a través de plantas y flores. También se puede recurrir a un recipiente con guijarros o incluso a arreglos florales, como si fuesen centros de mesa.
El metal se puede incluir (como la madera) en muebles, toalleros y jaboneras, aunque ya tiene un lugar importante en los grifos, tanto del lavabo como de la bañera o del plato de ducha, y en las conexiones eléctricas. El espejo también puede tener metal en el marco.
El fuego, por último, adquiere representación con velas decorativas, o bien con cuadros o imágenes relacionadas con fuego o con calor, o accesorios en tonos cálidos, como rojo o amarillo.