Son numerosos los inversores que ante el inicio de un nuevo año se establecen unos objetivos que, a la postre, pocos son capaces de llevar a la práctica. Esta situación resulta frustrante, por lo que los ahorradores se preguntan si habrá algún modo de alterar la tendencia. La respuesta es afirmativa, aunque, como se explica en este reportaje, exige un cambio en los comportamientos de los inversores quienes deben ser disciplinados pero también dejarse llevar por la flexibilidad de los mercados financieros. Sin duda, esta es una de las estrategias más adecuadas para lograr un incremento en beneficios y ahorro.
¿Cómo conseguir mejorar las inversiones y ahorro?
Quienes no estén satisfechos con los resultados de sus inversiones deberán cambiar de estrategia y optar por una más estimulanteTanto la renta fija como la variable generan innumerables aportaciones a los ahorradores, siendo la deuda pública, bonos corporativos, fondos de inversión, metales preciosos y, por supuesto, Bolsa, algunos de los canales en donde pueden depositar los ahorros, en función de la evolución de los mercados y de la oportunidad. Así, en determinados momentos será más rentable comprar deuda de países periféricos, pero en otros no habrá más remedio que arriesgar un poco más e introducirse en los mercados bursátiles, si lo que se desea es llegar a final de año con una cuenta corriente más saneada.
Pero quienes no estén satisfechos con los resultados de sus inversiones deberán cambiar de estrategia y optar por una más estimulante que permita hacer visible los resultados en los próximos meses. Si se aplican una serie de consejos, se podrán conseguir estos objetivos:
Decantarse por los mercados más rentables en cada momento: las expectativas de rentabilidad no son siempre las mismas, y hay que adecuarse a esta flexibilidad.
Diversificar la inversión en los activos financieros más rentables de cada año, para protegerse de las posibles turbulencias que aparezcan en los mercados.
Estar atentos a las noticias económicas que surjan, ya que darán las pistas oportunas respecto hacia donde se pueden canalizar los ahorros.
Delegar la gestión de las aportaciones a departamentos que tienen los bancos para salvaguardar y rentabilizar los ahorros de sus clientes.
Detectar las mejores oportunidades que proporcionen los mercados financieros e ir tomando posiciones en las que se consideren más aptas para los intereses de los ahorradores.
Cada activo financiero tiene un momento en que es más adecuado contratarlo, solo hay que preverlo para que pueda afectar de forma positiva al estado de las cuentas personales.
No hay que ser estático en las inversiones, sino que lo más prudente es ir moviéndolas en función del comportamiento que presenten en todos los ejercicios.
Es conveniente hacer una revisión cada trimestre, o al menos cada seis meses, y anular las posiciones en los productos menos rentables para desviarlos a otros con una evolución más favorable.
No hay que centrarse en unos pocos productos, sino abrirse a nuevas alternativas de inversión que pueden ayudar a canalizar de mejor forma los ahorros.
Si los usuarios bancarios, por cualquier circunstancia, no se sintiesen capacitados para llevar por sí solos la gestión de su patrimonio, no se deben sentir preocupados por ello, ya que este problema tiene solución. En efecto, se puede solicitar al banco una gestión delegada, sin ningún coste económico. Por ella, la entidad, en función del perfil del cliente, asumirá el control de sus ahorros para generarle la mayor rentabilidad posible a través de una gestión activa de sus fondos monetarios.
Su experiencia en este servicio está más que contrastada por los muchos años de dedicación a este ámbito de la inversión privada y sabrán qué es lo que mejor pueden ofrecer los mercados financieros al usuario en cada momento.
Para acceder a este servicio, basta con solicitarlo al banco con el que habitualmente se opere y ellos se encargarán de canalizar el patrimonio personal de una manera profesional y efectiva.