No pocos ahorradores toman decisiones poco afortunadas y no sacan a su dinero tanta rentabilidad como podrían. ¿De qué vale, por ejemplo, suscribir un warrant si no se sabe nada sobre su funcionamiento? Es una excelente herramienta de inversión, pero si se desconoce cómo operar con él, será mejor optar por otros diseños más comprensibles y que seguro se tienen a mano. Por ello, tal y como se aconseja en las siguientes líneas, para obtener más beneficios, conviene contratar productos bancarios cuyo funcionamiento se domine y delegar su elección en gestores profesionales, que los bancos proporcionan de manera gratuita.
Gestión del patrimonio
Los bancos proporcionan un servicio de gestión del patrimonio al que puede acceder la mayoría de clientes. Es gratuito para sus demandantes (no hay necesidad de abonar ninguna cuota) y solo es preciso disponer de una cuenta corriente saneada y querer incrementar la rentabilidad de los ahorros a través de operaciones en los mercados, tanto de renta variable como fija.
Conviene contratar productos bancarios cuyo funcionamiento se conozca y delegar su elección en gestores profesionales
Al delegar las decisiones en profesionales (ubicados en el propio banco), estos se encargarán de realizar este proceso. En función del perfil del cliente y del capital aportado, operan de forma efectiva y flexible, adaptándose a las características del inversor y a las circunstancias de los mercados financieros. En este sentido, el pequeño ahorrador no tendrá que preocuparse por buscar y comprender los cientos de productos que genera el sector bancario, sino que a través de esta gestión delegada tendrá respuestas a su demanda.
Uno de los mejores instrumentos para aplicar esta estrategia son los fondos de inversión. Con ellos pueden diversificar su patrimonio por tipos de activo, por zonas geográficas, por emisor o incluso por gestor. Hay fondos más rentables que otros, con mayor o menor riesgo, pero si son gestionados por profesionales con amplia experiencia en la inversión, se eliminan riesgos innecesarios.
El asesoramiento a los clientes no se reduce a los fondos de inversión, sino que implica también a otros activos financieros, en renta variable o fija. Los usuarios pueden invertir en Bolsa y elaborar una cartera de valores en función de las recomendaciones objetivas del departamento de análisis bursátil de su banco.
Pero también se abre a los productos de renta fija, pues hay momentos en que se puede recomendar la compra de bonos, obligaciones u otros productos de la deuda pública. Incluso, si es imprescindible, pueden informar sobre la conveniencia de contratar pagarés bancarios de su propia entidad, siempre que la rentabilidad ofrecida sea mejor que la de otros productos conservadores.
Cinco ventajas de delegar las funciones
Los bancos cuentan con una serie de servicios para gestionar el patrimonio de sus clientes, dirigidos por profesionales que conocen los mercados financieros.
Los gestores seleccionarán los mejores productos o activos financieros, en función de cada momento y de las circunstancias que marque la agenda económica.
Se adaptan al perfil de cada demandante. Buscan lo mejor para cada inversor y gestionan de distinto modo para un cliente agresivo que para otro con carácter más defensivo.
Permite minimizar riesgos, que podrían agudizarse si fuese el propio ahorrador quien gestionase su patrimonio.
La inversión es más diversificada e incluso cabe la posibilidad de combinar renta variable con fija.